Suscríbete a nuestra Newsletter
Suscríbete si quieres recibir más información de Aceites de Oliva de España
La tortilla española es uno de los platos más conocidos y emblemáticos de la cocina española, se puede encontrar en casi cualquier bar o restaurante del país. Hay múltiples variantes de este plato, tanto en el modo de cocinar los ingredientes como en el cuajado del huevo. Hoy te enseñamos a preparar la tortilla de patata con trufa y chalotas.
En España hay un eterno debate sobre la tortilla de patata. Hay quienes consideran que debe llevar cebolla y otros que no la deben llevar. Nosotros en esta ocasión te presentamos una receta de tortilla española con chalotas y trufa, que dista de la primera receta documentada, datada en 1798, que no llevaba ni chalota ni trufa.
Si te animas, puedes preparar ambas versiones de tortilla de patata con trufa, una con chelota, y otra sin ella, y que los comensales voten cuál es la más sabrosa. No olvides añadir en el ranking, premio a la mejor presentación.
¡Darle la forma perfecta a la tortilla de patata es un arte que se perfecciona con la practica! Quizás a la primera no te salga perfecta, ¡pero seguro que a la segunda o tercera sí! También puedes aprovechar unas lascas de trufa para decorar el plato final.
*La tortilla puede prepararse más o menos jugosa, dependiendo del gusto. Si te gusta más cuajada, deja cocinar unos minutos más a fuego suave.
Puedes acompañar la tortilla de patatas con trufa y chalotas con una salsa mayonesa casera o una mayonesa sin huevo.
Para hacer una buena tortilla es imprescindible usar un buen Aceite de Oliva de España, el sabor que deja en la tortilla es inigualable. La fritura de las patatas es fundamental, tienen que hacerse lentamente, con el fuego bajo y solo al final se sube el fuego para que adquieran un tono dorado apetecible.
La tortilla se puede tomar tanto caliente como fría. Si te sobra tortilla, guárdala en la nevera protegida por un film. Puedes tomar al día siguiente, sólo tienes que sacarla de la nevera y dejar que se atempere. ¡Estará casi tan rica como recién hecha! Si te gusta más calentita, dale un golpe de calor en la sartén con un chorrito de aceite de oliva caliente.