El doctor Javier Delgado Lista explicó a los cientos de profesionales que siguieron su ponencia que la dieta mediterránea es mucho más eficaz para reducir el riesgo de nuevos accidentes cardiovasculares que una dieta baja en grasa
Una extrapolación de los resultados de este estudio arrojaría que, si todos aquellos que en nuestro país padecen una enfermedad cardiovascular (primera causa muerte) hubieran seguido este modelo de alimentación, se habrían reducido en unos 5.000 los eventos cardiovasculares mayores en siete años
La Interprofesional del Aceite de Oliva Español se ha marcado como objetivo prioritario establecer un diálogo con el colectivo de la salud, de tal forma que estos profesionales estén al día de los últimos descubrimientos en torno a los efectos sobre la salud de la dieta mediterránea, de la que los aceites de oliva son uno de sus pilares fundamentales. Este empeño es el que ha llevado a la Organización a colaborar con instituciones tan prestigiosas como la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT), que acaba de celebrar el IX Seminario FINUT Alimentación, Nutrición y Salud, en el que se ha analizado el efecto de la dieta en dolencias como la apnea del sueño o la nutrición en el tratamiento del cáncer de cuello uterino. También se ha presentado un estudio pionero que ha analizado la capacidad de una dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen extra para prevenir la recaída en pacientes que han padecido accidentes cardiovasculares con anterioridad. Se trata del conocido como estudio CordioPrev del que se publicaron sus resultados hace apenas un mes en la prestigiosa revista científica The Lancet.
El encargado de analizar esos resultados para los cientos de profesionales que siguieron el seminario online fue el doctor Javier Delgado Lista, investigador del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) y CIBEROBN, así como vicedecano de la Facultad de Medicina y Enfermería, Universidad de Córdoba. El equipo de Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofía (Córdoba) se planteó, hace más de dos décadas, saber más sobre el efecto de la dieta en la evolución de la salud de los pacientes de estas dolencias: “No sabíamos qué modelo de alimentación era el más adecuado para los pacientes que ya tenían una enfermedad cardiovascular. Queríamos evitar que esos enfermos volvieran a tener un nuevo episodio. Nos propusimos comparar dos modelos que son extraordinariamente cardiosaludables: uno rico en hidratos de carbono, pobre en grasas totales y en grasas animales, pobre en colesterol, que era el que la comunidad científica internacional preconizaba para tratar a estos pacientes en aquella época; y lo quisimos comparar con nuestro modelo tradicional de dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen extra, rica en grasa monoinsaturada”. Desde octubre de 2009 hasta febrero de 2012 se reclutaron a 1.002 participantes del estudio, con una edad media de 59,5 años, y en su mayoría varones como reflejo de la proporción habitual de la enfermedad coronaria en la población española, de un 82,5%.
La dieta mediterránea se impone
Después de siete años, los resultados han confirmado la hipótesis de partida: “Cuando se comparaban estos dos modelos de alimentación, que son extraordinariamente saludables, uno era superior al otro. El modelo de alimentación mediterránea rico en aceite de oliva virgen extra reducía la probabilidad de tener un nuevo infarto agudo de miocardio, de tener un accidente cerebrovascular, de padecer un episodio de enfermedad arterial periférica, de ser revascularizado o de morir por causas cardiovasculares en un 26,6% al cabo de siete años, comparado con el otro modelo bajo en grasas, que, como hemos dicho, también es extraordinariamente saludable. Si no hubiéramos intervenido en la alimentación de estos 1.002 pacientes, la probabilidad de volver a sufrir un evento era del 33% en aquella época. Con la dieta baja en grasa se ha reducido a un 23%. Pero, es que con la dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen extra se ha reducido por debajo de un 17%. Hemos reducido, prácticamente a la mitad la expectativa de tener un nuevo evento”. Javier Delgado Lista destaca que los datos en varones han sido aun mejores: “En los hombres, la reducción del riesgo es aún mayor. Hay que tener en cuenta que los hombres tienen una mayor probabilidad de que se repita un evento, porque su enfermedad se adelanta en 10 años respecto a las mujeres”.
A partir de este estudio, sus máximos responsables consideran que ha llegado el momento de adoptar un nuevo enfoque en la alimentación de estos pacientes: “¿Qué ocurriría si aplicáramos estos resultados a la práctica médica? Tenemos que recordar que cada semana mueren en el mundo aproximadamente más de 300.000 personas por enfermedad cardiovascular. Entre el 30 y el 35% de todas las muertes. En España, según los datos del INE y del Ministerio de Sanidad se producen unos 53.000 infartos agudos no mortales. Si a estos pacientes les hubiésemos aplicado el modelo de intervención dietética con Dieta Mediterránea de CordioPrev a lo largo de siete años, hipotéticamente se podrían haber evitado hasta 530 infartos no mortales, 955 muertes cardiovasculares menos, 1.379 procedimientos de revascularización menos, 743 accidentes cerebrovasculares menos, 636 episodios de enfermedad arterial periférica menos y 1.167 muertos menos”.