No. No hace falta que nos reveles quién es. Bastará con que recomiendes a esta persona nuestro post de hoy.
A la hora de freír tus platos, igual que en tantas otras cosas de la vida, es tan importante el qué como el cómo. De hecho, freír los alimentos de una forma adecuada es sinónimo de salud. Así lo acredita la famosa Dieta Mediterránea, que tiene al Aceite de Oliva como a uno de sus pilares básicos.
Que no se te olvide:
- El Aceite de Oliva es el único aceite capaz de soportar las altas temperaturas (180 grados) sin descomponerse ni perder sus propiedades.
- Es más, es el aceite que mejor protege a los alimentos, gracias a una crujiente capa que potencia su sabor al mismo tiempo que impide que se empapen de grasa.
A estas alturas, el que decía que los alimentos fritos son malos para la salud está silbando para disimular su cambio de opinión. Pero, por si acaso, insístele para que vea este vídeo.
Podrá contemplar cómo freímos unas espectaculares torrijas. Y comprobar que, después de bañarlas en aceite, quedan tiernas por dentro y firmes por fuera.
No es casualidad que cada día haya más gastrónomos convencidos de que el Aceite de Oliva es la mejor opción para freír. ¿Quieres ser cómo ellos? Tienes dos opciones: estudiar cocina durante años o apuntarte los siguientes trucos.
Primero
Básico: utiliza suficiente Aceite de Oliva para que los alimentos queden completamente cubiertos en la sartén. Evitarás que la comida se queme (¡ay, esos manazas!) o que se quede demasiado blanda.
Segundo
Añade poco a poco el alimento que vayas a freír. De lo contrario, la temperatura del aceite bajará bruscamente.
Tercero
Importantísimo: los alimentos se deben freír secos.
Y cuarto
Evita tapar la sartén. Te ahorrarás que se condense el vapor y que este pueda caer sobre el aceite en forma de agua.
¿Quieres saber más? ¡Date una vuelta por el Diario del aceite! La vida, con Aceite de Oliva, siempre sabe mejor.
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