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Los aceites de oliva son un alimento único. ¡Aprende a apreciarlos y déjate transportar al corazón del Mediterráneo, un mundo de sensaciones!
La degustación de los aceites de oliva virgen extra está cada vez más extendida entre los apasionados de la gastronomía, como una forma amena y agradable de explorar los matices de aroma y sabor del producto.
En España, donde la gama de aceites es particularmente amplia (hay más de 200 variedades de aceituna), su degustación se convierte en toda una experiencia, pues cada variedad de olivo da lugar a aceites de oliva virgen extra con aromas y sabores característicos y únicos. Además, aceites de una misma variedad pero producidos en distintas zonas geográficas pueden presentar matices de aroma y sabor diferentes, e incluso el grado de maduración del fruto en el momento de la recolección, o incluso el clima pueden influir en el resultado final.
Podemos conocer el carácter y la personalidad de cada aceite de oliva virgen extra a través del proceso de cata.
Los aromas de un aceite de oliva virgen extra se aprecian mejor calentando ligeramente el vaso con la propia mano inspirando varias veces sus aromas para compararlos con olores vegetales: hierba recién cortada, manzana, almendra verde, tomatera, higuera, etc. En cuanto al sabor, una pequeña cantidad distribuida por toda la boca desvela los matices de un virgen extra: del sabor frutado al amargor o al picor, así como el resto de atributos sensoriales.
Pero, ¿Cómo se hace? Generalmente degustaremos el aceite en la punta de la lengua para después, a través pequeñas aspiraciones sucesivas, dejarlo deslizar sobre el paladar y después hacia la garganta. Por último, entre la degustación de dos aceites diferentes, utilizamos un trozo de pan o de manzana verde para limpiar la boca y despejar los sentidos.
Es importante hacer notar que el color no es indicativo de la calidad del producto. Por este motivo los profesionales utilizan un vaso de vidrio de color azul oscuro para no deja ver el color del aceite para que influya en su valoración.
Los términos utilizados en la cata de los aceites de oliva virgen recuerdan en cierto modo a los del vino: un buen aceite debería ser equilibrado y armónico. Términos generales como «frutado» (verde o maduro), «picante», «amargo» o «dulce» se utilizan junto a otros más específicos como «hierba», «hojas verdes» u otras referencias a hortalizas («alcachofa», «tomate»…) y frutas («almendra», «manzana» o «plátano»).
¿Qué mejor forma de conocer los aceites de oliva que degustándolos?